El comentari del jurat d'OT que ha indignat a molta gent, què en penses?

Nova gala d’OT 2020, nova polèmica. Aquest cop protagonitzada per Javier Portugués (Portu), membre del jurat.

Tot va començar arran de l’actuació de l’Eva i la Samantha, que van cantar “Maniac” de Michael Sembello. L’Eva va aconseguir creuar la passarel·la directament, però la Samantha va quedar en dubte. El motiu segons el jurat? Que no ho havia fet tan bé com la Lorena Gómez, guanyadora d’OT 2006. Aquesta va ser la valoració de Portu:



“Fa 12 anys una guanyadora d’Operación Triunfo que es diu Lorena i amb la que vaig tenir el gust de treballar en un disc […] va treure Maniac, de Michael Sembello, com a primer single. […] M’ha donat la sensació que ella ho feia amb més força, amb més intensitat, millor cantat i 12 anys després, una generació que a més heu viscut Youtube, que podeu veure, tenir més informació, aprendre més, veure més vídeos, simplement he pensat que no podia ser i per això aquest jurat et proposa per abandonar l’Acadèmia”.

Les cares de la Samantha, amb tota la raó del món, són un poema. I és que la comparació mai és una bona valoració, MAI! En cap cas és una crítica constructiva i no heu de deixar que us comparin amb ningú.

Molta gent es va indignar i ho va compartir a Twitter:
 

Jurado en la gala 4: ¿Samantha sabes quien fue Pavarotti? Menuda voz tenía eh, mejor que la tuya

Nominada.#OTGala3

— opinionot (@memeyopinionot) February 3, 2020

Eva: te ha faltado energía, no ha estado muy bien, han faltado cosas... cruza la pasarela.

Samantha: Lorena hace 10 años lo hizo mejor que tú, y no has visto suficiente YouTube, nominada.

PANDA DE SINVERGUENZAS!#OTGala3 #OTChat3 #OTDirecto3F pic.twitter.com/GcPWhcZQqe

— Pelotazo (@Pelotazo5) February 3, 2020

#OTGala3 #OTChat3
Jurado: Verás, Samantha. Entre 1804 y 1808, Beethoven compuso la quinta sinfonía de Beethoven. Has compuesto tú alguna sinfonía? Pues nominada.
Samantha: pic.twitter.com/VLQQTHzFZy

— Μιγκέλ 👩‍🔬 (@MSanchez799) February 3, 2020

Eva: lo has hecho regu, pero como eres nuestra favorita cruza la pasarela
Samantha: lo has hecho magnífico, has sido mucho mejor que Eva, pero como una tía lo cantó mejor que tú y no nos gustas, tu estás nominada
VIVA LA OBJETIVIDAD#OTGala3

— Judit Valimaña Álvarez (@judiitva) February 3, 2020

De los creadores de “Samantha, te nominamos por por sutilezas que pocas personas pueden oir”, llega... “Samantha, te nominamos porque la ganadora de OT de hace 14 años cantaba esta canción con más garra”. #Gala3OT #OTGala3 pic.twitter.com/bFQZM9gQn1

— WONDER ARAN💚💜🏳️‍🌈🔻 (@tzantzi) February 2, 2020

¿Y cómo es que Samantha no ha podido inspirarse y mirar en YouTube como hacer bien Maniac si en la academia tiene conexión ilimitada a Internet? #OTGala3
Eh, Portu:pic.twitter.com/iVojoMZFkk

— ¿Qué, qué? ☁️ (@cabello_mrc) February 3, 2020

L'escriptor Roy Galán, amb més de 300k seguidors a Instagram, ha fet aquesta reflexió que val molt la pena llegir:
 

 

 

 

 

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No hay nada que provoque mayor frustración que comprobar que da igual lo que hagas porque el resultado va a ser siempre el mismo. Que la irrevocabilidad de una decisión se basa en el deseo de conseguir un fin independientemente de los medios utilizados para ello. Ayer no importaba cómo cantara Samantha. Porque resulta que hace doce años Lorena Gómez en ese mismo escenario había interpretado esa misma canción mucho mejor que ella. Es que no te enteras, Samantha, tienes que competir con todos los concursantes de toda la historia de Operación Triunfo. Además de ver en YouTube todos sus vídeos en bucle porque como eres de "esa generación" pues es lo que te tientes que hacer. No sé por qué no me imagino a Samantha desde los 13 años sentada delante de una pantalla imitando compulsivamente los movimientos de Lorena por si algún día en el futuro le tocara cantar "Maniac", quién sabe, por si acaso. Tal vez Samantha tenía una vida. Preocupaciones alejadas de ese vídeo en YouTube. Otra cosa más importante que hacer. No sé. No hay nada que esté más feo que comparar. Porque la comparación presupone que existen dos cosas idénticas que pueden ser objeto de valoración simultánea. No hay nada similiar en Samantha, nada comparable, nada que pueda ser repetido. Ella, el cuerpo que habita, su historia, sus dolores, sus miedos, sus anhelos, el vientre que se engancha a su voz, es todo suyo y es único. Y es esa unicidad lo que hay que fomentar y aplaudir siempre. En todas las personas que de manera valiente se deciden a mostrarse. A coger un trozo de su realidad y transformarlo en arte. Cantando, bailando, escribiendo o pintando. Samantha ayer lo que se merecía es que se pusiera de relieve su autenticidad. Su forma de estar en un mundo que tantas y tantas veces no piensa en ella. Su compromiso y su titánico esfuerzo. Y no esa falta de respeto a su trabajo. Tal vez la semana que viene la nominen porque Mozart compuso mejor que ella, porque alguien construyó el Taj Mahal y ella no coordina sus pasos, tal vez incluso porque en OT 2050 un robot interpretará con más garra su tema, quién sabe. Cualquier excusa es buena. Cuando lo que quieren es que te largues.

Una publicación compartida de Roy Galán (@roygalan) el 3 Feb, 2020 a las 3:16 PST